Evasión ~ Pruébame blogger!

lunes, 31 de octubre de 2011

Evasión

-Listo, ya todo esta preparado
-¿Tal y como he planeado? ¿algún contratiempo?
-Tan solo un pequeño detalle que ya hemos solventado. Un guardia que no se dejaba untar; ha... sufrido un pequeño accidente. El nuevo ha sido mucho más colaborador.
-Perfecto, ahora ya solo nos queda esperar hasta que llegue la hora.
-Bien, jefe. Ahora que estamos solos y por fin tenemos tiempo, me gustaría saber algunas cosas.
-No necesitas nada.
-Oh, por supuesto que no. Pero ya que me estoy jugando el pellejo tanto o más que tu creo que al menos tengo el derecho de saber algo.
-Está bien, dispara. Pero no esperes que hable mucho.
-Eso lo daba por descontado. El caso es... ¿por qué quieres evadirte? ¿qué te impulsa a la evasión?
-No lo sé.
-¡Anda ya!, a mi no me vas a engañar. Te he estado siguiendo y averiguando cosas sobre ti para saber si eras de fiar. Quizá lo más sorprendente de todo es el por qué estás aquí. No, mentira, lo más sorprendente es que quieras huír cuando lo tienes todo de cara.
-Al contrario, lo tengo todo en contra. Simplemente quiero escapar, huír, evadirme.
-A eso me refiero. Tu crimen no es tan grave, apenas te quedaría tiempo aquí si tu comportamiento hubiera sido bueno. Incluso si hubieras confesado te habrían dado indulto sin duda. Comparado conmigo, tu eres un angelito.
-Eso a ti no te importa ni te incumbe. Quiero largarme de este apestoso lugar, quiero perder de vista a toda esta gente hipócrita que me rodea, quiero salir y respirar aire puro y no el que hay en esta pocilga.
-Los de aquí dentro no son mucho más hipócritas que los de ahí fuera; de hecho estoy convencido de que aún siendo criminales muchos son mucho más honrados, o al menos no intentan engañar a nadie, son como son por cómo la sociedad los ha tratado, no por como la sociedad quiere que sean o se comporten. No han tenido ayudas, muchas veces porque no la han pedido o porque no la han aceptado en su momento, se fueron desintegrando poco a poco hasta convertirse en lo que ves. Y aún así muchos de estos tienen futuro, se han dado cuenta de lo que son y de lo que deberían ser, quieren reintegrarse y lo conseguirán solo por haber dado ese primer paso, por querer cambiar.
-No son más que chusma.
-No somos más que chusma, tu incluído. Debe ser duro saber que unas palabras que has podido decir en cualquier momento desde que te encerraste (que no te encerraron, tu sabes muy bien que sólo tu has sido el culpable de haberte metido donde estás ahora) no hayan podido salir por orgullo.
-No por orgullo, sino por dolor.
-No, por orgullo. El dolor de un momento puede ser muy intenso, pero como todo dolor agudo en seguida remite, por muy fuerte que haya sido al producirse, el dolor sólo pasa una vez si se ha curado bien la herida. El orgullo provoca que niegues padecer o provocar el dolor; la negación hace que se perpetúe. El dolor contenido, constante, duradero... ese es el malo, el que no deja dormir, el que no deja descansar, el que se clava en la cabeza y no se va, la culpa que no te permite perdonar ni ser perdonado, ese es el auténtico dolor. Y destroza mucho más porque se hunde profundo y es difícil de sacar. Es como comparar una cuchillada limpia con un balazo: el corte puede tener más o menos complicaciones, pero bien cuidada, una vez cierra la herida todo vuelve a estar bien. Una bala que se quede dentro primero ha de ser extraída y para eso hay que abrir más el agujero; aparte de la herida provoca infecciones, te pudre la carne por dentro y si no se actua rápido incluso grangrena. Todos los tejidos que atraviesa la bala están quemados y regeneran mal, el dolor permanece durante mucho tiempo e incluso vuelve con los cambios de tiempo y la humedad.
-¿Acaso ibas para cura?
-¿Acaso tu ibas para gilipollas? no mereces ni que trate de hablarte ni de ayudarte a escapar. ¿Y sabes por qué? porque allá afuera estarás igual que aquí, y una vez más buscarás una manera de evadirte, de escapar. Quizá cometiendo otro delito como el que te llevó a que te encerraran aquí. Quizá comportándote como lo has hecho aquí, lo cual ha agravado una condena estúpida y que ha conseguido que tengas que idear planes de fuga cuando ya podrías estar fuera. Quizá ahora te cojan y vuelvas a lo mismo de nuevo. En realidad no odias a lo que hay fuera. En realidad te odias a ti mismo y te castigas sin darte cuenta, crees que buscas lo que quieres y en realidad solo te estás dando alegrías temporales, pero que a la larga te llevarán de nuevo a la tristeza, a la desesperanza, o como en este caso: al trullo. Y me temo que no vas a salir de aquí.
-¿Estas insinuando que me has vendido?
-Estoy insinuando que tu te fabricas tu propia cárcel. Estoy diciendo que igual deberías asumir tus acciones, que deberías enfrentarte a la realidad en lugar de huír siempre. Estoy insinuando que tienes que aceptar tu dolor y aguantar el par de meses que te quedan aquí y serás libre y saldrás sin culpa. Estoy insinuando que si fueses responsable por una vez quizá descubrirías que el mundo no está en tu contra, y que si te has buscado enemigos ha sido de manera gratuita. Las malas compañías y el dejarse llevar suelen hacer el resto.
-¿Y ahora quien te crees que eres, mi psicólgo?
-No, tu angelito de la guarda. Recuerda que si quieres que lo de escapar funcione tiene que haber confianza mañana entre nosotros dos. Deberías contarme.
-¿Y qué vas a hacer al respecto? ¿interrogarme cuando acabemos de salir fuera? porque paso de hablar más aquí, y fuera no me volverás a ver el pelo.
-No, pero podría quedarme dentro. Y de paso tu conmigo, porque sin mi no saldrás.
-Ah, ahora resulta que tu te has vuelto responsable y traidor a la vez y de repente. Qué irónico por tu parte, sobre todo lo de pedirme confianza cuando no sé nada de ti.
-Haber preguntado. Pedir no cuesta nada. Hemos estado planeando esto durante meses. Si tu eres capaz de hacer algo que puede marcar tu futuro con cualquiera sin haberlo conocido realmente tienes mucho que aprender de la vida. Y normalmente malo.
-Ahora no solo eres mi psicólgo y mi angelito de la guarda, por lo vsito también eres mi madre.
-Algún día tendrás que mejorar esa actitud. Y tendrás varios meses para hacerlo. Yo no ayudo a quien no quiere que le ayuden.
-Pues vete a la mierda y olvídame y déjame en paz con tus sermones.
-¿Lo ves? te evades de nuevo. Que la vida te trate bien.
-nunca tuve que fiarme de ti... ¿y tu que harás al final?
-Aprovecharme de nuestro trabajo para huír. Y si, a ti no te van a dejar. Lo tenía todo preparado para si me dabas plantón.
-Jajajjaja, esa si que es buena... ¿te evades sin mi? ¿tu no eras el que decías que evadirse era malo?
-Tu tienes salvación, yo no. Recuerda esto y no me guardes rencor por obligarte a hacer lo que tu solo no puedes. Aunque sabiendo lo cabezota que eres en lugar de hacer lo que debes harás lo que quieres. Solo espero que cuando falles lo asumas por una vez en la vida. Sin más me despido. Ha sido un placer conocerte.

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